Me encanta juzgar a un libro por su portada, es lo que realmente me motiva a querer leer o no un libro, y en general suele coincidir lo que espero con mi opinión final tras leerlo. Lo sé, mi percepción y mi predisposición a que me guste ya está condicionada desde el principio, y más si el escritor de ese libro es uno de los grandes como es en este caso Murakami.
La muerte del comendador es el primer libro que leo de este autor, que tiene a su espalda grandes éxitos de venta y de critica, aunque anteriormente empecé otro libro suyo, Tokio Blues, pero no lo pude terminar, debido al tiempo y a que realmente no me terminó de atrapar.
Me parece mágica la forma en la que escribe este señor, a pesar de que en diversas ocasiones narra escenas muy costumbristas y con poco interés, la forma de contarlo, mostrar como se siente el protagonista, que piensa, como ha llegado a ese punto, es deliciosa. De este libro puedo sacar lecciones muy interesantes, y es que para mi es muy importante que un libro, aunque sea narrativa y tenga ese punto de fantasía, me aporte cosas a mi vida, ya sea algo que pueda aplicar o simplemente datos sobre un tema en particular.
La muerte del comendador es un cuadro, que nuestro protagonista encuentra tras mudarse a una apartada casa al norte de Japón, a causa de la separación con su mujer. La casa y el cuadro pertenece a un famoso pintor, padre de un buen amigo de la universidad quien le ofrece vivir allí.
Este cuadro muestra una escena de la opera de Don Giovanni, pintada al estilo japones, estilo artístico por el cual es conocido el dueño de la casa. La pintura se aleja mucho de los escenarios que caracterizaba al pintor, pues era conocido por imágenes armónicas, tranquilas y bellas, y esa obra en particular era violenta y sangrienta. Además contenía un personaje siniestro y fantasioso, que no encajaba con el resto.
Habilidades vs. pasión.
Nuestro protagonista es un retratista con cierto renombre, que se siente en conflicto consigo mismo, pues no termina de estar cómodo con lo que hace, a pesar de que se le da bien. Este punto del libro me parece muy interesante, pues el protagonista acabó haciendo lo que se le daba bien, aunque otros estilos, como el abstracto, era lo que realmente le gustaba y le hacia sentir orgulloso.
Nos encontramos con dilemas, ¿hago lo que me gusta de verdad o lo que se me da bien? Es algo que mucha gente se plantea, es normal, pues a veces la sociedad o tu mismo con lo que ves, sientes que lo que realmente te gusta no te sirve para tener un buen futuro. O por otro lado, existe algo que aunque no te emocione se te da muy bien, y prefieres dedicarte a ello. En la novela el protagonista está cansado de hacer retratos, aunque se le da bien y sabe captar la esencia de las personas a las que retrata.
Ese momento aparece un nuevo personaje, Menshiki, que quiere ser retratado, y nuevamente se ve como el protagonista a pesar de haberse ido lejos de la ciudad y rechazar cualquier trabajo, finalmente por a cantidad de dinero que se le ofrece termina aceptando. En este caso quien pide sus servicios le da toda la libertad para retratarlo, y empiezan a tener una buena relación.
Con este retrato el protagonista consigue aunar lo que se le da bien con su parte más abstracta y que le hace realmente estar orgulloso de lo que hace. De este modo, muestra que a veces se puede unir lo que te apasiona con lo que se te da bien y no te emociona. En muchas ocasiones el punto de vista y como plantees las cosas puede hacer que te termine apasionando algo que en principio no lo hacia.
Por otro lado, con la figura de Menshiki podemos extrapolar la idea de que tener un buen jefe, con competencias y preocupado por potenciar el talento de sus empleados, puede desembocar en no solamente mejores resultados, sino hacer que el propio trabajador, en este caso el pintor, este orgulloso de lo que hace. Menshiki le da total libertad y hasta tiempo ilimitado, lo que se traslada al auge actual a trabajar por proyectos y dar una libertad al trabajador para realizarlo, con simplemente una entrega final.
Como conclusión, la novela a sabido atraparme, interesarme por el protagonista, a pesar de que su carácter y la soledad que le cierne no me identifico ni en general me suelen atraer en un personaje literario, y ni mucho menos empatizar con el, pero Murakami consigue hacerlo.
El libro me transmite diferentes sensaciones, sabe trasladar totalmente el sentimiento de soledad que tiene el personaje, y como intenta llenarlo. Algunas partes del libro me transmitió expectación e incertidumbre, creando una atmósfera siniestra, como de una novela de suspense.
Por ultimo, el realismo mágico de la novela le da toda la esencia al libro, y aun así durante el libro aun existe la posibilidad de que los sucesos que pasan sea solamente una creación de la mente del pintor, que por la soledad y su crisis personal se le aparece. De este modo se alimenta mi enamoramiento hacia el realismo mágico.
Para terminar quiero dejar las maravillosas portadas de los dos libros de La muerte del comendador que están en la edición de España, y que están dibujadas por David de las Heras.
Comentarios
Publicar un comentario